jueves, 24 de febrero de 2011

Un "adiós" en el teléfono, una voz que calla un "hasta nunca".

Esa sensación que me inunda cuando pienso que no volveré a verte nunca más, que no puedo hacer nada para remediarlo, que ni siquiera es culpa nuestra.
Y la angustia al saber que aún me queda una noche por delante, para pensar en ti, para echarte de menos.


Quizás me precipité a soñar contigo pero tengo que decirte que siempre serás mi mejor sueño.
Quizás me he dado cuenta de lo que significabas y ahora te he perdido.
Que eras mi último clavo para sacar otro clavo, y tú no te das cuenta.
Que no se cómo sentirme, que estoy un poco asustada, que esto a mi me viene grande, que no quiero olvidarte, que no te lo voy a decir y que solo quiero cambiarlo todo por un "hasta mañana".


Y a estas alturas quiero que sepas que si no salgo corriendo a buscarte es por miedo a tropezarme, que a mi también me gustaban las chucherias, que no suelo tomar coca-cola.
Quiero que entiendas que te he fallado, que al final te cogí más cariño del debido, que no es así como lo habíamos planeado, y ahora tengo miedo.

Miedo a sentir algo que no debería, simplemente miedo a sentir.
Y mientras me cuestiono qué es lo que siento, el sentimiento se ha roto. ZAS!
Y me quedo vacía.

domingo, 13 de febrero de 2011

Y apareciste tú

Me dejé llevar por esa mirada tierna, por esos ojos vivos.
Me dejé envolver por esa brisa de inocencia, de espontaneidad.
Me dejé doblegar por tus dulces palabras, tus no promesas, tu realidad.
Me dejé sorprender por ti.

Y me preguntaste qué significaba para mi un beso y quise decirte que a veces todo, a veces nada.
Pero no contesté.
Y me preguntaste qué era yo para ti, qué eras tú para mi.
Y quise saber qué contestar.


Y ahora soy yo la que me pregunto qué fuiste y si serás.
Fuiste un jueves a las 5 de la mañana.
Fuiste un cruce de miradas.
Fuiste una sonrisa, cuando más la necesitaba.