lunes, 27 de diciembre de 2010

Desde que era niña y mientras me hago mujer.

Desde que dejo de sonreír hasta que lloro.
Desde que sonrío hasta que me parto el culo.
Desde que me ilusiono hasta que me rindo.
Desde que me empeño hasta que lo consigo.

Cuando el dolor no me deja salir de la cama.
Cuando yo misma no me dejo crecer.
Cuando me siento a fumarme las dudas.
Cuando sueño con algo diferente.
Cuando abro el corazón de par en par y se me infecta.
Cuando dejo de creer en el amor.
Cuando la música no deja de sonar.
Cuando la fiesta solo acaba de empezar.
Allí estás tú.

Y si la alegría se empeña en no florecer, tú la abonas con sonrisas y palabras bonitas.
Y si callo, tú me lees la mirada.
Y si la cosa va mal, tú inventas una sonrisa para mi.
Y si todo está genial, tú haces rozar la perfección.

Porque eres mi paciencia en la sala de espera.
Porque eres mi decisión en el mar de las dudas.
Porque eres mi serenidad en este mundo loco.
Porque eres mi locura en este mundo roto.
Porque eres mi sobresaliente en esto de la amistad.

GRACIAS, una vez más.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Un adiós, un te quiero, un porqué... y nada.

Me acurruco junto a la almohada, ya no hay canciones para mi, ya no hay frases que expresen lo que yo soy incapaz de confesarme.
Te recuerdo a mi lado, bajo estas mismas sábanas, susurrandome aquella canción. Siento como algo se revuelve en mi pecho, los ojos se me inundan...y tu ya no estás.

Recuerdo aquel día en el que me sentí infinitamente pequeña, engañada, humillada... entonces el odio, la rabia y la impotencia se apoderan de mi...golpeo la pared sin apenas fuerza. Nada.

Rezo a un Dios en el que jamás creí, pido la clemencia que nunca merecí, escupo al recuerdo que jamás existió.

Me arrastro hacia la mesa, enciendo un porro confiando en que me hará volar...pero hoy no.
Las manos me tiemblan, siento ligeros espasmos... como cuando fumaba contigo, recuerdo que lo odiabas, pero siempre acababas proporcionandome aquella droga...la droga que todo lo cura, decías.

Realmente tengo un miedo incontrolable a que me olvides, a que olvides todo aquello que vivimos, todo aquello que juntos construimos, quienes fuimos tú y yo.
Tal vez sea porque siento que es exactamente lo que estoy haciendo...olvidar.

Olvidar que estuve, y tal vez estoy, locamentente enamorada de la persona a la que eché de mi vida.
Olvidar que me engañaste, ue creí ciegamente en nuestro amor.
Olvidar que por primera vez sentí el amor y confié en él.
Olvidar que fuiste un reto inimaginablemente superado, una bella utopía hecha realidad, un gusano que ante mis ojos se hizo mariposa.

La más hermosa mariposa que jamás nadie haya visto.

jueves, 9 de diciembre de 2010

En nuestro dominó.

Todo era perfecto, de pronto algo cayó y comenzó a caer todo lo demás en un efecto dominó.
Al princio pensé que tú me salvarías...ahora sé que a veces nos callamos demasiadas cosas.


Han vuelto las dudas, ha vuelto aquella niña que solía ser.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Prometí

Prometí olvidarte en algún triste pueblucho del norte, prometí renunciar al dulce capricho de soñarte, prometí no volver a imaginar un mañana a tu lado, prometí no pensar en ti las tardes de otoño, los domingos de lluvia, los 18 de noviembre deshojados... prometí ignorar los latidos de este triste trapo que guardo en el pecho, prometí no recordar tu voz bailando entre las sabanas, prometí, prometí...

Y entre promesa que va y promesa que viene, prometí no prometer lo que a mi corazón concierne.

Porque él es así, tal y como lo eduqué: anarka y loco. Lo eduqué de manera que no atendiera a razones, que siempre siguiera su instinto, sus impulsos. Lo eduqué para que amara hasta doler, hasta morir de amor... hasta recordar que un corazón no puede ser educado